José Roberto Vásquez

ELECCIÓN EXACTA DEL SUBCONSCIENTE

Sentado en la puerta de mis ojos beberé este café que la mañana me ha ofrecido.

Temblando estoy por la forma acantonada y pusilánime de esas  inquietudes que intuyo son duales a las mías.

La mañana es fría, sorpresiva, loca y capaz de contrarrestar un misil de alegría y deseo inquieto de oler esa atractiva vista.

Hay tumores de desavenencia que requieren tratamiento terapéutico poco invasivo que no solamente alivie el dolor sino que acabe con los síntomas de origen sin menoscabo de la utopía.

 La calavera psicológica de la cautela invade plenamente las playas de esta loca y consciente búsqueda de llevar a cabo la más básica de las tareas.

Que embarazo me resulta la contienda cada vez que las polimorfas palabras se quedan trabadas en la sufrida realidad de esta mi escuela neurológica que germina.

Aunque consciente estoy de la formula química que produce los efectos estresantes de mi humano cuerpo cuando es bombardeado por aéreas feromonas que expulsadas se ajustan celestialmente en la ecuación y en creencia de que todo desafío es un masoquismo, te juro, ¡no entiendo este temblor¡