Señor elegante, tan falso y sereno
con suaves palabras me hiciste adorarte,
pensé que podría mi amor entregarte
al verte tan tierno, tan dulce y tan pleno
Y yo que pensaba que tu eras tan bueno,
que nadie en el mundo podía igualarte,
por eso pudiste de mi alma adueñarte
y bien amoroso me diste veneno..
Dejaste te diera mi vida completa,
ahora te marchas cerrando la puerta
y dejas tu rostro sin falsa careta.
Te amaba sincera, soñaba despierta,
y bien engañada caía en tu treta
de hipócrita amante con alma desierta.