Betty Romero

Un ave en el alma

Muerte, te ciernes sobre mí

deseosa de borrar mi sombra,

pero te pierdes

en el laberinto de mi entusiasmo.

No estimo tu constancia

ni apruebo tus ínfulas arcaicas.

Sé que mientras tenga

resuelta como ave el alma

y que mi contienda por la vida

sea inexorable, tu presencia

seguirá siendo abstracta.

Y si en el descuido

te me acercas demasiado,

será exiguo tu reinado

porque a un paso

de mi último aliento,

estará atenta a desvanecer mi sombra

el resplandor de la esperanza.

Es absurdo el orgullo

con el cual te coronas

ya que es triste el velo

que te cubre.

Déjame decirte

que no eres eterna

aunque el tiempo tenga

el estilo de tu impronta.

¿Sabes?, al instante mismo

de que me haya ido

recordarán mi nombre

para echarte al olvido.