Campoamor

Poesía, otra forma de protesta

 

 

La figura de nervios y carne blanca,

retrocede en la sombra insegura y trémula 

tras la cortina de satén negro.

 

Verá alejarse el corazón con el pensamiento

y ni un sollozo, ni una queja,

de su boca líbida se escapa.

 

Apresará si fuera menester a dentelladas 

la esperanza, el exponente y la ponencia

de quien tiene en otro lugar el cuerpo.

 

Resabiáda de asco y de duelo,

emboscada en húmeda, profunda cueva,

barruntará que el plazo se acaba.

 

Desatará fuera del tiempo sus alas

en sacudidas de ave terrestre inexperta;

mostrará avidez voraz en inseparable anexo. 

 

Exhalará un último suspiro extremo,

por que jamás dará con la esférica puerta 

por un cúmulo de gravedad sepultada.

 

C C Lizarán