Beatriz Blanca

*** LA TORMENTA ***

Por la ventana de mi cuarto

se observa todo un espectáculo

como si fuera el escenario de un teatro

y yo, soy  ferviente espectadora.

Veo una gota deslizándose por el cristal

formando un hilo de grácil zigzagueo

que se escurre por el ángulo de la ventana.

 

No hace frío..., pero las hojas revolotean

juguetonas y pegajosas sobre la acera

anunciando una fuerte tormenta.

Algunos sonidos lejanos vociferan

y se quejan, son las luces que entonan

la canción del trueno despertando el cielo.

 

En el espacio todo está escondido,

los gorriones acurrucados en sus nidos.

Las palomas, los loros y los teros

enmudecieron y bajaron sus vuelos

para que la melodía de las gotas

entonen entusiasmadas su rítmo.

 

La ciudad vestida en tono ceniciento

va envuelta con apasionado anhelo.

Donde las ramas de los árboles

humedecen sus angustias

mientras gotas celestiales las conmueven.

Y solitarias, las calles se adormecen, 

que desoladas y empapadas se estremecen