Te amo cielo, te amo en el infinito aun sabiendo solo esto,
Extrañándote más allá del tiempo y de la locura,
Entreviendo el firmamento, percibiendo el más allá,
Amenazando la existencia misma del todo,
Casualmente acabo en silencio, sin preguntar nada más,
En seguida la locura aniquila el pensamiento, simplemente no quiero atender,
Por momentos no solo me falla el oído, también la vista y el olfato,
Sintiendo en mí alma la grieta quebrándome la cordura,
En este lugar, perdido y abandonado,
Donde mis piernas se congelan, reconstruyendo fragmentos,
Viajando entre universos idénticos al que vivimos,
Cierro los ojos toco tus labios, húmedos y tibios, algo está ausente,
Persigo entre recuerdos tu cuerpo, y entonces me proyecto en busca de tu alma,
Entre tanto soy pesadamente arrastrado por lo lodo, y tiendo mis manos hacia ti,
Aferrándome a la esperanza, de tocar tus dedos y salir de aquel lugar sin vida,
En aquel en que mi alma se congela a cada latido en medio de este vacío.