FaustoOlivares

A mi hija

A mi Juana hija del alma

quiero regalarle un sol 

que le caliente la cara.

 

Que se la ponga morena

como cuando la llevaba

sonriendo por la Alameda.

 

Quiero un sol para sus ojos 

y otro sol para sus venas

Y otro que encienda en su vientre 

fuego contra las cadenas.

 

Sol de paz y de esperanza

como el que guió mis tardes 

por las calles y las plazas

de mi tierra padre y madre.

 

Que cambie dolor por color 

que cambie temor por calor

que aparte la oscuridad

de la duda y la distancia 

 

Y que le diga día tras día:

sólo hay amor, amor, 

sólo hay amor.