Repentinos sueños de dorada infancia
cruzaron raudos en mi ajetreada mente
recorriendo la geografía del entrañable terruño
tierra impredecible de paisajes: Chusiguán.
Soñar, con los tiempos de otrora
zapatos rotos, correas de nylon desgastado
remendados pantalones, modestia campante,
ojos infantiles de inocentes fantasías
Capiruchos de palo de sauco
canicas chinchineando en los bolsillos
apuestas de hoyitos, triángulos y tortugas
candelas de mocos tendidos.
Pelotas de plástico reventadas
rellenadas con viejos calcetines
aplanando la polvorienta loma
chamuscas de tiempo sin fin.
Estrenos impecables en Semana Santa,
tipachas de cera canche, para hacer ticucas.
Feria patronal: ruedas de Chicago y chinamas
aventuras de niños, en la plazuela empedrada
¿Dónde quedaron mis tiernos y lozanos años?
viajaron junto a las hazañas de niñez aventurera,
simpleza de amigos de barrio, regados en el mundo
nueva etapa de vida, dejó atrás la imborrable infancia.
Jaime García Álvarez
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