Diego Nicolás García Contreras

Día perfecto

Mi día perfecto parte antes de que este comience
la luz tenue de la mañana prematura es más azul que blanca
y el infinito está dispersándose a toda marcha

Es perceptible el estiramiento de lo etéreo
en la niebla, en los aromas con que la tierra ofrenda al cielo nuevo

El intervalo imperceptible en que cada aurora troca sus habitantes
me deja en el centro y poseo alas
unos se van a dormir entregándose a la desesperación de la antimateria con aullidos casi imperceptibles que ahora flotan sobre el ambiente
en que las aves concluyen su paseo parados sobre la rama
tan levemente sostenidos por el codo de un arbolito
tan real, tan material como vivo,

Los transeúntes se dirigen en masa a caminando sobre sus destinos
otros, tocándose la cara se aman tras el espejo
es esa la importancia del territorio,
el ser parte de esa ambivalencia
estar en dos planos
imaginando y palpando.

En días como hoy llego antes incluso que la lluvia
y la luz de los focos contrastan en la tela uniforme de los cielos
amarillo y azul en los últimos segundos de la noche
sin darme cuenta se apagan, se opacan ante el alba,

Poco a poco aparece la claridad del día
entre nubes que esconden el sol

una primavera de septiembre

*Sin la luz no puedo ver las teclas
*Enciendo la luz de mi cuarto
*como amo estos colores

una semilla en una red de hilo
ordenemos los bolsos, hay que llevar de todo
el viaje es largo y aún no amanece,
es la mejor hora para encontrar la pista despejada,

duermo mientras me viste el amor

Es mi día favorito porque toco tantas cosas
palpo tantos mundos como olores
café, huevos duros, ropa limpia, madera mojada,
la leche que no quise tomar se la doy a mi hermano,
el me ayuda entre las sábanas

Mis padres nos apuran para salir pronto de la cuidad
dentro de poco estaremos en el sur
donde siempre quise mis cimientos
entre los sandiales
cazando guarisapos en el canal veo a mis hijos
comiendo bajo la sombra del parrón

es el día perfecto porque estoy despierto todo lo que yo quiero
y sueño cada tanto sobre mi butaca
porque cada momento es una nueva sensación
y viajo cómodo a la deriva
deshilando el tapíz
entro en trance
derribando los lápices
mirando hacia afuera
(sueño)
que de mis pies nacen raices que llegan hasta mi follaje