MAXIMILIANO CARVALLO LASSALLETTE

EN CREPUSCULOS

En el infinito y rojizo mar

que el crepúsculo me ofrece

se deleitan mis ojos al mirar

como el agua y el viento te mecen.

 

Como una bella sirena sigilosa

que canta sola en el ocaso

así te muestras siempre, muy hermosa          

deseándote siempre en mí regazo.

 

Y de tus labios ya florecen

rosas pura de inocencia

que a tu lado nacen y crecen

y mueren, junto a tu ausencia.

 

Y el espacio entero se transforma

en una alegre y homogénea unidad

y completamente el paisaje se torna

grato y rico, esfumando la soledad.

 

Y el aroma del perfume de tu piel

fresco y joven como un recién nacido

es más dulce que la miel

y mucho más atractivo.

 

Pero ese ambiente paradisíaco

al irte se muestra sin valor

y el planeta entero se vuelve opaco

gris, no bizarro y sin sabor.

 

 A.M.CARVALLO