Reyshell Mendez

Rica entelequia

Lo miro, sin saber que despierta aquellos  estimulantes deseos, miles de mariposas revolotean en mi ser que describen pasiones abiertas que no se contener, presuroso mi vientre se excita al imaginar aquellos labios que despiertan mi cuerpo de erótica y enmudecida enredadera bañada de escalofríos, al imaginar su lengua por mi piel y en mi entrepierna su aliento que me hace gemir una y otra vez  saboreando mi éxtasis en humedad, me siento atrapada con los fuertes muslos de sus piernas destrenzadas, mientras sus boca deja escapar susurros fogosos que dan libertad aun  mas a mi mente, en el morbo que me libera de la monotonía, sus dedos apasionados apretaran con furia melocotones que desean ser tocados, mordidos, saboreados y   vibraran de placer.  Yo solo lo observo despierta y en su silencio el no sabe que me está amando con la espesura de aquel fuego que enciende en mi ser, imaginando que estoy entrelazada  junto a su piel morena de tibios hombros, escuchando el susurro de su respiración excitada, mientras me abraza  la espalda recorriendo mi cuerpo desnudo, y yo abrazando con fuerza la almohada tratando de controlar aquella hembra  salvaje hambrienta que vive dentro de mí, me  muerde  la espalda, su aliento caliente recorren  las rutas de mis  nalgas, mientras dedos inquietos se posan en cuevas profundas ardientes por él,  observo por el espejo la picardía de su rostro que enciende la hoguera dentro de mis entrañas. Aromas de fuego entre mi miel te ame, el  cáliz de tu lámpara se ilumino, se hizo vapor, fluido en mi, gemidos ardientes que encendieron mi silueta, tu ardentía en mi espíritu, avivo mi cuerpo olvidando las penas. Ahora tu mirada se pierde en mi fantasía que fueron tuyas y fueron mías, aun siento tus besos como se siente la luz del día que entra por la ventana para desvanecer la lujuria entre suspiros de poros suaves y tersos pezones que se acurrucan ya de haber amado y volver a despertar de aquella rica entelequia… Reyshell Mendez