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VICIOSO ES EL CÍRCULO

 

 

VICIOSO ES EL CÍRCULO

 

Estos labios se quedaron, aguardando que tus besos

decidieran acercarse, y fue en vano tanta espera,

que después de tantos años, comprendí fue una quimera:

¡son testigos especiales, mis cansados nobles huesos!

 

Cuando por la calle paso, y al huérfano veo tirado,

siento culpa muy adentro, por no poder hacer nada;

quisiera darle un abrazo, más duerme en la madrugada:

¡a este pobre miserable, el hambre lo ha trasnochado!

 

He visto en los basureros, buscando sobras pasadas,

a quienes peinan ya canas, porque les falta el sustento;

no encuentran otra manera, de conseguir su alimento:

¡pues para los olvidados, están las mesas diezmadas!

 

Horror se siente en el alma, de ver los niños mendigos,

aquí en las grandes ciudades, tirados en las aceras;

muy junto pasan los coches, y algunas ebrias rameras:

¡allí el señor las aborda, del drama apenas testigos!

 

Doquier mis ojos entorno, contemplo sólo egoísmo,

las gentes van ocupadas, a cada quien sus asuntos;

jamás las cifras importan, infantes son los difuntos:

¡normal que mueran si estorban, lo afirman con gran cinismo!

 

En acto vil y cobarde, recursos roban a diario,

y tantos seres padecen, aquel abuso insolente;

sin freno alguno disponen, mandato infame, indecente:

¡y a nuestra vista reparten, el ya raquítico erario!

 

Y cuán vicioso es el círculo, la trama montan de nuevo,

la historia vuelve y repite, conciencia tú, pueblo ciego;

 después de toda campaña, serás por siempre labriego:

¡con fuerza apenas protesto, en estos versos me atrevo!

 

Nos tratan como borregos, exiguo saben el precio,

al pueblo entero ya tienen, tasado cual mercancía;

justicia pronto veremos, escrito está en profecía:

¡vendrá el castigo seguro, jamás huir podrás necio!

 

 

JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES

Condorandino.