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A LAS MADRES

Tú, que eres sol y luna de los días,

nogal que das semillas de amor;

haciendo de los rayos melodías

buscando la cadencia en el fragor.

 

Tú, fuente sempiterna de armonías

untada por el cálido candor,

de aquellas, ya lejanas  lozanías

y ahora nacaradas de esplendor.

 

Tú, sincera fragancia de la rosa

de  primaveras  con olor de abril;

siempre afanada, tierna y prevenida

 

-estampa de mujer sutil y hermosa-,

luz  milagrosa y único  candil

que florece  a la tierra con la vida.

 

A ti madre; magnánima y querida

digo; que eres amor  eterno y noble,

una autentica flor del corazón.

Autor: Gerardo Ramirez