Gilbert Mervilus

QUE TENGAS UN LINDO DÍA, ADORADA VECINA

 

Temprano esta mañana,

me robé tu foto del teléfono;

y así me atreví a tomar,

el café de tu mirada,

el café con tu mirada;

tu mirada de café, entre sorbos y suspiros;

 

Anoche me dijiste,

«te dormiste sentado, pobrecito»;

 

¡Ay vecina!

Desde anoche, sueño con saludarte, susurrando

«¡Hola! Vecina Mi Amor»;

 

ya no es necesario hablar o escribir;

el silencio se vuelve poético;

tus ausencias inspiran;

tu presencia me enloquece;

 

que tengas un lindo día, Adorada Vecina;

 

Continuará...

 

 

Imagen: viajareslomio.es