Eloy Mondragón

PECADO DE AMOR

Bendita ilusión, que alteraste la paz un día

bañaste con destellos carmesí un espíritu

y anhelos de un affaire en hojas de margaritas

cabalgaste en sueños de colores vistosos

cocinando la música con las lides cromáticas

en caldera de plata y exuberante llama.

¿Dónde quedó la esencia de prudencia y buen juicio?

¿Dónde, la experiencia de una barba de plata?

Si es por el arraigo en una fémina hermosa

si es por la fragancia de una piel ya madura

y una dulce mirada... y una boca de rosa

y las tibias caricias de unas manos ansiosas

que sumisas recrean a la amante perfecta

la que antaño conoció de caricias menguadas

de besos cuajados por el frío infortunio

de iniquidad malvada, de crueldad despiadada

y ambicionas resarcir el daño ya causado

si es todo por eso... ¡oh, ilusión ilusa!

queda usted eximida de todos los pecados.

 

© Eloy Mondragón