El Trovador Violeta

Mi Ciudad

Mi ciudad, esa que me vio nacer, aquella donde di mis primeros pasos y dejé la piel

con mis primeras caídas. Esa ciudad otrora noble y nívea ahora me asusta

 

Confieso que le temo a mi ciudad. Ella me espanta como los monstruos de mi infancia, solo

que actualmente esos monstruos puede ser cualquiera, a cualquier hora

 

Sus oscuras y encharcadas calles, rotas y hostiles, me abruman. me sobresaltan sus ruidos

me siento una presa acechada. Presiento miradas atenazantes que por su variedad se

escapan como un chubasco

 

Esto no es una selva de concreto, ésto es un infierno de hormigón. Sí, mi ciudad

está posesa, moribunda, decadente y lúgubre. Sólo ansío el momento de dejarla

atrás como a una amarga pesadilla

 

Se la dejo a aquellos que son víctimas de sí mismos, y se fusionaron con esta anárquica ciudad

que ya no quiero, que ya no reconozco y de la cual me desprendo y abandono

 como a una pérfida compañera. Ya no quiero más sus daños. Ya no quiero más sus golpes.