Juan Andrés Vivas Ordóñez

Y el reloj se detuvo.

Y el reloj se detuvo

Y las nubes desnudaban las estrellas en un sueño que jamás se había soñado,

un sueño de esos que nadie nunca quiso tener.

Y de repente el viento se detuvo a descansar mientras lloraba,

aterrado porque sus miedos lo acechaban si dejaba de volar.

Y el reloj se detuvo.

 

Olvidar es el regalo que arrebata a quien recibe,

Que deja miradas tristes, sin brillo, confundidas,

Olvidar es dar muerte a aquello que siempre vive,

Es matar a las sombras mientras la noche se avecina.

 

Y si Dios se enamorara ya no dolería más el tiempo,

Los ocasos se marchitaran, no correría más el viento,

Pero dios no se enamora, él lleva fuego por dentro,

Al ver un reloj detenerse, y no se detiene el tiempo.

Y el reloj se detuvo, y no se detuvo el tiempo.