ALVARO J. MARQUEZ

CANCIÓN DE AMOR… CANCIÓN DE OLVIDO

 

\"La canción de lo que estábamos viviendo,/ cuya letra me estabas dedicando,/ aunque me la cantaste sonriendo/ sé que la escribiste llorando\".

 

Hola, tal vez ahora no me recuerdes pero yo sí,
estábamos aún muy jóvenes cuando te conocí
y ésa que oyes ahora, era la canción de moda.
Tranquila, yo sí te recuerdo bien, no te afanes;
aún tengo en mi mente hasta aquellos planes
que tan inocentes hacíamos para nuestra boda.

 

No olvido que veíamos muy juntos la novela,
solían acompañarnos tu mamá y tu abuela
y tu padre siempre prefería ver deportes…
Tu madre no paraba de criticar a los actores,
tú me mirabas como quien pide favores
y me susurrabas “te pido que la soportes”.

 

Podíamos de pronto irnos al cine, a pasear,
a veces entre risas me decías “quiero bailar”
y fue cuando juntos escuchamos eso…
Una canción bella que en silencio nos dejó,
el momento de mirarnos, de abrazarnos llegó
y unos segundos después… el del beso.

 

La canción sonaba y el sentir nos atrapó,
creo que nunca supimos cuánto tiempo pasó
porque el beso se nos vistió de infinito…
La letra de la canción hablaba de una historia,
al menos a mí se me quedó en la memoria
y en el alma porque era también algo bendito.

 

Me decías “Álvaro, quiero que me la cantes,
dejamos de ser amigos, ahora somos amantes”
y yo afinaba mi voz para en realidad cantarte.
Algunas palabras antes alcancé a decirte,
creo que fue cuando empecé a descubrirte
y cuando estaba aprendiendo a amarte.

 

Y daba la casualidad que en cualquier lugar
la misma canción se dejaba escuchar,
era como si supiera que nos hacía sentir.
La oíamos queriendo y hasta sin querer,
tú en las noches cuando te disponías a leer
y yo siempre que me ponía a escribir.

 

Y ahora, pasó el tiempo, callaron nuestras voces,
me miras extrañada y no me reconoces
aunque la misma canción estás oyendo.
Ya los dos obviamente hemos envejecido,
parece que a ti te ha derrotado el olvido
y a mí la vejez y la soledad me están venciendo.

 

No me pides que te cante, no te provoca
o es que ya esa sensación tu piel no toca
y te da igual si suena o si deja de sonar…
No sé si aún recuerdas ese infinito beso,
es mejor que no pidas que cante, confieso
que ya no tengo voz para cantar.

 

Ignoro si tus ganas de bailar persisten,
a pesar de los años hay deseos que insisten,
pero ya no estamos en las mismas circunstancias.
No creo que hablemos como antes de ir al cine
ni es probable que el deseo de pasear nos domine
y sabemos que tampoco sentimos las mismas ansias.

 

Yo acá recordando todo esto y tú mirándome así,
es que fue tan hermoso lo que obtuve de ti
que aunque pasaran siglos yo aquí estaría…
Ya estamos viejitos, es una innegable verdad,
pero para mí no has dejado de ser mi realidad
y todos estos años, fuiste también fantasía.

 

Me voy, te dejo mi número por si un día me llamas
y te acuerdas de mí y muy furiosa me reclamas
cómo es que sin ti he podido sentirme bien…
o quizá nunca me llames, resignación…
y sientas que viviste algo con esa canción
pero ya no recuerdes con quién.

 

Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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