Wellington Rigortmortiz

* Santificétur Nomen Tuum… (santificado sea tu nombre-melodrama en seis actos)

Desde el primer día de nuestra partida

las noches se volvieron en mi reino

cómplices de la soledad, del silencio,

sacrílegos son a todo buen recuerdo,

el gran teatro de la vida,

me ha exigido reinventar una ópera,

la primera y última de tantas

que solo fueron vil entretenimiento

para miles de espectros,

para sus caprichos…,

tantas veces actor y espectador fui,

critico mordaz, magro histrión,

que miserablemente inocente

era de su propia inspiración,

oráculo cruel de su propio destino

en el cual jamás antes creyó…,

así frente a un espejo

sucio y resquebrajado

la mente estudia

fijamente la superficialidad

de lo que observa, despreciando

al estuche falaz del alma,

todo maltratado arrugado,

más el profundo dolor de la misma

se descubre temeroso,

trata de encogerse,

el ángel de la muerte piadosamente

le regala visiones mentirosas,

solo un presente y futuros furtivos,

tan cruel es la realidad, pero hechizada

también cae a tantas profecías

que el cerebro

confabulado con los recuerdos

desquiciados ya otorgan, ilusa el alma

sale nuevamente desnuda del cuerpo

para sobre el lienzo de la vida

tatuar todo su amor y desesperación

por aferrarse a la misma,

un fragmento de luz de la llama eterna

ilumina este cubil oscuro

que la luna mezquina

no desea iluminar más, así, frente

a un espejo sucio y resquebrajado

reinvento la opera

que el gran teatro de la vida me exige,

es la auto sanación a todo el mal sufrido;

mis esperanzas puestas en dios están,

pero no debo depender totalmente de él,

en esta, mi realidad;

estoy en compañía de los fantasmas,

los espectros, las arpías,

las sirenas, las hadas, los ángeles,

los demonios, los recuerdos, el dolor…

la música me regala

a su hermosa hija promiscua

que con su bella amante la melodía,

le pondrán el extasiante sonido exorcista,

profanador de sentimientos y almas,

todo está listo ya!...

una amalgama de sentimientos,

ilusiones, sueños, verdades,

utopías, paradojas,

y amor sobre el dolor,

ansiosos están por mostrarse,

por seguir amando a su modo,

pero ya prevenidos, consientes, quizás,

algo fríos, adormeciendo tiernamente

al pasado, al presente, regalándole al mal

todo un mundo de metáforas torpes.

 

*Primer Acto.

 

El hermoso ataúd que a cuestas

llevaba cariñosamente sobre mis hombros

en el pasado, como la caja de pandora

se abrió por acción

de tus traviesos sentimientos

… libre quedo el amor del pasado

que prisionero estuvo…, y, yo que creí

en algún momento resucitar lo físico de él,

sarcásticamente bello

fue el cruel sentimiento

que sedujo a mi alma a vivir,

a sentir la pasión de un amor temeroso,

indeciso, inseguro,

así luche con las fuerzas

que aún quedaban en mi espíritu

mas el fénix de los sentimientos

qué segundo a segundo crecía en mí,

… arcana toda paradoja de lo existido,

con un cadáver a cuestas, el amor

es compasivo en la soledad y el silencio

porque así se está seguro

que uno fue su sublime sentimiento,

su único dueño,

el guardián que velara eternamente

su trágico sueño eterno,

ahora en esta realidad que vivo

la procesión que mi alma

lleva está marcada

solo por la traición

de los recuerdos nuevos

que en ocasiones

tratan de transformar mi esencia

en sentimientos misóginos…,

doloroso resulta combatirlos;

… por qué interrumpiste el camino

hacia mi calvario de paz y amor?...

por qué permití

abrieras el sarcófago de mi ser

y escapara

el amor verdadero para siempre?...

por qué fuimos tan crueles?...

por qué tantas excusas me regalaste

camufladas de ternura, de devoción

y verdades que tu alma

me ocultaron hasta en el final?...

en el limbo terrenal

me obligas a caminar,

en mi alma de roble agusanado

creciste y te enredaste

absorbiendo el dolor

que las estaciones me dejaron, placebo

esquizofrénicamente delicioso fue,

en mis raíces te envolviste

renovando mi vitalidad…,

por qué permitiste que manos extrañas

te apartaran de mí?, con machetazos

de celo y envidia,

despedazándote te arrancaron

hiriéndome de muerte.

 

*Segundo Acto.

 

El cantar armonioso

que nuestras almas plasmaron

sobre la espalda de dios,

en mis pensamientos

al fondo del mar los tuve que enviar,

a su vientre de ternura,

vientre que da calor líquido, cariño,

en cofre de oro

y plata se transformaron

guardando en su interior

al amor de los dos que con pedazos

de nuestras almas y cuerpos añejándose

permanecerán por los siglos,

…ojalá alguno de los dos

lo pueda hallar en generaciones de vida,

es el testimonio físico y espiritual

de que alguna vez existimos,

de que alguna vez nos amamos

cada uno a su manera

buscando el equilibrio,

el mar es inmenso y, más que inmenso,

eterno es su vientre en el fondo

donde la luz no llega jamás;

…todo nuestro amor al fondo del mar

lo tuve que enviar,

en cofre de oro y plata se transformo

guardando en su interior

pedazos de nuestras almas y cuerpos,

…ojalá alguno de los dos lo pueda hallar,

es el testimonio

de que alguna vez existimos,

de que alguna vez nos amamos

cada uno a su manera

buscando el equilibrio, yo…,

me quede después del amor

con todo el dolor, el tuyo y el mío,

con toda responsabilidad existente

desechando las culpas,

las mentiras, la traición, me quedo

con el perdón a flor de piel del alma,

cruz de carne soy

con las dagas que tu inocencia maldita

encajó indiferente,

frívolamente en mi pecho

y con mi propia espada

que tú por temor a luchar a mi lado

enfrentando todo lo banal,

lo superfluo, al mal,

a la distancia, soledad más el silencio,

me la traspasaste por la espalda

hiriendo de muerte, cuerpo y alma.

 

* Tercer Acto.

 

La bestia, dominada fue,

tras su herida, hechizada

cayo rendido

a la esbeltez especial de tu figura,

del brillo triste de tus ojos,

de tu dulce pecho,

de tu entraña

bañada de exquisito néctar

seducido por el calor de mi presencia

y de unos hermosos pies de cristal,

buscando que aquel hermoso ser

le diera una pequeña muerte

se entregó a la luz de una luna

que lujuriosa

envenenaba delicadamente

con su brisa húmeda

nuestros instintos

caníbales del cuerpo,

del espíritu, de la mente, del amor,

la llama eterna se avivaba sobre el mar,

al igual que nosotros, se agitaba

en un combate por poseernos el alma,

por fusionarnos

para definitivamente ser uno,

así, sin palabras solo pensamientos

se cierra este libro de vida

sin más capítulos,

sin más profetas que los dos

…o quizás definitivamente solo yo

en la narrativa santa

de lo que los sentimientos

y el amor fueron para mí, la verdad

desde mi eterno profundo sentir

que me llena de nostalgia ayudándome

a continuar caminando descalzo

sobre los fragmentos lacerantes de vidrio

que me dejaste en el camino al adelantarte

mientras te ibas deshaciendo,

son muchos los fragmentos

y aunque los recogiera uno a uno

difícil resultaría el juntarlos

para volver a tenerte frente a mí,

completa, no serias la misma,

por temor a deshacer lo tierna

y pacienciosamente unido,

no podría abrazarte, besarte,

peor aún amarte sensual

y desquiciadamente…

en la tierra del sol,

escondido en un rincón del jardín

de tus sueños, de tus deseos,

de nuestro primer beso,

entre llanto, tristezas y una sonrisa,

nació la idea de la última ópera,

inspiración de mi alma,

en los templos del fuego y la tierra

nuestra bendición

en la señal de la cruz

como un bálsamo va cicatrizando

la herida tan profunda que dejo

el tabú de tu inocencia,

en algún momento

dejará de ser incipiente,

será el infante consciente

que ilumina la verdad, la realidad,

esencia de los sentimientos y de la vida.

 

*Cuarto Acto.

 

Frente al río

que acaricia con su liquido amor

las piernas de concreto

de un muelle moderno,

mi alma se despidió

con la profundidad de su ser,

obsequiándose

el placer de caricias profanas

en su esencia y en el cuerpo,

correspondida fue la pregunta

con tu apasionada respuesta

que aun retumba ese recuerdo

en mi vida,

nuestra llama eterna ilumina

desde lo alto del faro de la verdad

las noches sombrías, violando la niebla

que esconde a mi galeón en la distancia,

la hora de volver a navegar llego…

reparada ya mi embarcación esta,

fantástica fue la estadía

sintiendo por primera ves

un calor muy especial,

un frío muy esencial…,

en una promesa,

pacto de sangre,

mi alma atada se queda a la tuya

con aquel ser pequeñito

al cual tu temor

y mi compasión ilusa

le dieron muerte

en los pensamientos

con una sola decisión de los dos,

la misma decisión que después

al escapar también de tu ser

le dio muerte a nuestro amor

sin haber intervenido

yo esta vez en la misma,

esa decisión es la que me obliga

a navegar nuevamente

con rumbo incierto,

esa misma decisión que el tiempo

en algún instante pasara su monto

para darnos la razón definitiva

a todos nuestros dolores y dudas,

esa decisión me obliga también

a crear esta opera

que parecería no tener fin en el limbo,

esta ópera que en su estreno

se despide alimentándose

de espíritus y espectros

sin cerrarse el telón,

pues la esperanza al igual que el amor

escaparon de la caja de pandora de mi alma

y me hace soñar en un reencuentro

con el pasar de los años, siglos o vidas,

en ese mágico milagro

que es el anhelo, para,

juntos incendiar ese telón paranoico

de este teatro cruel de nuestras vidas…

 

*Quinto Acto.

 

El gran estreno de la opera

preparado esta,

sobre un fragmento de escenario

que se tambalea sobre las ruinas

de todos nuestros monumentos de amor,

…ansioso está el teatro improvisado

por ser ocupado, por tener el placer

de sentir mi cuerpo revolcarse de dolor

astillándose en sus agrietadas

y deformadas tablas,

en su maldita escenografía;

un retazo de telón

flamea su hipocresía

atado sus extremos

a un mástil y a un pulpito,

apolillados, humedecidos los dos;

el silencio, el rencor

que envenenaron tu alma

desean manipular a la verdad,

a la realidad, a los sentimientos,

así, quieren justificar

con palabras de disculpa, de perdón,

las promesas que tontas y adoloridas

se muestran

como ofrenda en el altar del amor,

nadie puede lavarse las manos ahora,

la conciencia mientras tanto

nos enfrenta a la realidad

que nos presentan

los signos de los tiempos

y la justicia divina, pues a Dios,

nadie le puede engañar, Él,

jamás se equivoca…

 

* Acto Final.

 

El momento de estrenar la obra,

ha llegado…

el desierto lleno de espectros esta,

al maquillaje de mi rostro

las lágrimas lo complementan,

garabateada esta

una sonrisa color violeta

sobre mis labios agrietados,

la apariencia

tristemente cruel de mi figura

aterroriza a la inocencia

que con un mohín

camufla la amalgama de ira,

tristeza y amor,

contrastes de la elegiaca poesía

que danza el alma

en compañía de la melodiosa

sinfonía arrancada por la pasión

a un violín que sarcástico

se compadece con ironía

sobre el pasado de tus besos,

de tus palabras, de tus caricias

y de tus promesas, un piano

trágicamente eyacula su romanticismo

sobre la piel transparente de la soledad

destrozando al silencio,

su amante perpetuo;

el sueño más largo de nuestras vidas

lo vivimos en el amor, hasta que…

nuestros cuerpos de cristal

se despedazaron, …

todos mis presentimientos

fueron el oráculo

del dolor sobre el amor

desde el primer día,

…que frágiles resultamos ser,

y ahora, solo, nos queda esperar…

esperar, que la séptima copa se derrame,

que el séptimo sello se rompa,

que los caballeros apocalípticos

nos liberen del dolor agónico

de estar muertos en vida, atrapados

en este ataúd de carne y hueso,

…advéniat regnum tuum, fiat volúntas tua,

sicut in caelo et in terra…

(…venga a nosotros tu reino,

hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo...)