Mi pájaro favorito no vuela,
lo enjaularon para que no haga ruido,
su dueña se niega a darle de comer
y por él nunca sentí tanta pena.
Orientan al perdido caminante
amarillas como de dueña luces,
él en intento de vuelo las sigue,
en arritmia perpetua y dolosa.
Me negué mil veces a su tristeza,
quise cuidarlo entre tanto sufrir,
mi pájaro se quejó, se lamenta,
lo encuentro medio muerto mas lo cuido.
Mi pájaro todavía me pía,
cuando me acerco al corazón escucho
dulce cantar en mí desenfrenado,
mas como el oído no llega a acercarse
lo suficiente como para oírlo bien,
cojo mi mano y lo arropo calmando
sus quejidos de ave de amor ilusa.