Araceli Vellber

Carta de despedida.

Carta de despedida.

Quince días antes del día de su boda, un marinero partió en busca de pesca, ante la falta de dinero para pagar los gastos de su boda, su futura mujer le dijo que lo dejara estaba el tiempo mal y que se arreglarían con lo que tuvieran, aquel marinero jamás volvió y su futura mujer, pasados los años volvía cada mes al puerto a tirar unas flores, un día al tirar las flores, cayeron encima de un trozo de madera, cogió la madera y llevaba anillado un cordel, al final del cordel había una botella con unas papeles dentro, la abrió, no era la letra de su marinero, pero decía esto:

Día 1

Hoy no te pongas el abrigo verde,

pero coge pañuelos, el frio no está fuera,

está por dentro, y

aunque este viaje sea solo,

el rio sigue su cauce y creciendo,

aunque ahora haya descansado por un instante,

pero para seguir sufriendo

las embestidas de este vendaval que es la vida.

Durante estos días hemos dormido poco,

pero hemos soñado mucho,

aunque no necesariamente

necesite estar dormido para estar soñando.

Estas palabras es importante leerlas

en el orden que aparecen escritas

e inclusive también es importante leerlas,

igual que los besos que no entienden de órdenes

ni el amor de números

siempre que no sean cardinales,

porque el amor cuando no come, muere

como cualquier ser humano

busca la supervivencia,

y cuando no le gusta lo que come, cambia de alimento, y

porque lo peor de las derrotas no es sufrirlas

es contarlas,

e intentar salir indemne.

Día 2.

Me hubiera gustado tener

una vida diferente,

aunque me hubiera gustado más tener vida

y ya sabía que no había nadie,

lo que había, es nada,

e intentar salvar del naufragio aquel barco

que yace en el fondo del mar

no tiene sentido,

procede rescatar a los muertos,

porque las llamas se apagan

y en ocasiones las ascuas no son suficientes,

aunque me has dado la vida de las plantas

quietas, inmóviles,

cambiando veneno por oxigeno

pretendiendo cavar tu azada

en mi pecho erguido,

como si fuera el huerto solo tuyo

y esperaras recoger sus frutos.

Día 3.

Se acabó el papel, está todo mojado.