Paco Serrano

Miradas que matan.

Como un gran proyectil, tus ojos penetraron mi alma, apoderándose de lo poco que quedaba de mi ser, dejándome moribundo, maltrecho y sin más, que pensar en vos, como diría aquel escritor argentino, por eso no queda más remedio que contar el resto de mi historia contigo,Para evadir las grandes discusiones de un delirante corazón, Que mataría por poseerte; mataría incluso a su vecino a su padre, o se mataría asimismo, para tener que dejar de verte a cada parpadear, y no poder tocarte a cada instante, poco a poco cada vez más pervertida mente, para que así gritases,  mi nombre, no  a los cuatro vientos mejor aún al cielo entero, no seria tan difícil si no  me hubieras mirado, tan confusamente, que no puedo jurar que fue a propósito, ya no puedo siquiera pensar con la mente, mi corazón quiso tomar el papel del pensador, pero así sólo se tropieza y se lastima todo por un simple mirar.