Ezer Cohen

ERES NIÑO

Cuando corres por el páramo, eres niño.

Cuando escondes tu inocencia entre los pasillos y las puertas, eres niño.

Cuando imaginas que puedes volar, eres niño.

Cuando temes por tu vida en las noches pávidas, eres niño.

Cuando inventas el que quieres ser, eres niño.

Cuando la risa, como espuma de cobalto mar, fluye espontánea en tu rostro, eres niño.

Cuando imaginas las cosas con las que juegas, eres niño.

Cuando ves lo que los otros no vemos, eres niño.

Cuando te vistes de rey y ordenas premios o muertes, eres niño.

Cuando eres Iván el Terrible, pero corres despavorido al cálido regazo, eres niño.

Cuando crees en los cuentos de los humanos, eres niño.

Cuando rodean tu vida de leyendas o historias nocturnas, eres niño.

Cuando sabes bien lo que es bueno y lo que es malo, eres niño.

Cuando te alejas veinte metros y te parecen quinientos, eres niño.

Cuando se eternizan tus años en pasar, eres niño.

Cuando tu capacidad de asombro carece de límites, eres niño.

Cuando tu entusiasmo está desbordado, eres niño.

Cuando te enamoras de una imagen, eres niño.

Cuando deseas que los años de tu vida pasen deprisa, eres niño.

Cuando el valor de las cosas es desproporcionado, eres niño.

Cuando tus ojos se aneguen a la vista de una injusticia, eres niño.

Cuando eres feliz con lo que te rodea, eres niño.

Y mientras creas en los Reyes Magos, seguirás siendo niño.