argantonio

El hechizo

En la soledad de la noche,

me llega al corazón tu cante,

no es para mi ningún reproche,

que cante hondo, con desplante.

 

Hay voces que nunca mueren,

voces que habitan en el ancho aire,

voces que solo a ti te requieren,

voces que lloran o ríen sin un desaire.

 

Voces para la ermita,

voces para una taberna,

voces alegres para un bautizo.

 

Con el alma se canta y no se grita,

canta la niña una nana tierna,

!Ay! madre, bendito sea este hechizo.