YanaY

Bohemio

Es de noche. Todo lo que necesito de ti reposa en mi lecho, aumento el sonido de la música clásica mientras llueve, tal como te gustaba, mientras sacudo el traje negro como las primeras fechas de noviembre.

 

¡Brindemos! la velada seguirá hasta que ocurra la primer llamada... después de oír tus excitantes gritos tan cerca de mi oído. Un poco más...tan solo un poco más. Y saciado de ti recibiré mi condena, me embriagaré tras los muros de inocencia tan joven. Un beso más amor, un beso mas...

 

Me duele verte así, sin tu mirada posada en mis ojos, pálida y respirando débilmente como después de un parto, y aun sin fuerzas no luchas contra mis brazos, se desprende tu tibio aroma y con un suave zarpazo desatas mi corbata. 

 

Aún me deseas.

 

Y te beso una vez más tras el final de la última pieza. ¿Para qué encender la luz? ¿Para qué molestarse? Recuerdo tu cuerpo aun con los ojos cerrados, mientras deslizo tu vestido, mi mano en tu piel rosada, unos minutos más amor...unos minutos más.

 

Es la hora del último brindis, la última gota del vino predilecto, cierra los ojos y no olvides su sabor, cierra los ojos mientras rebano por décima vez tu cuello y como fuente bendita salpíco mi boca, eh inconforme sorbo como un niño tu trágica herida.

 

Las luces indican patrullas lejanas, te pedí silencio...un debut de sombras es mejor callados, pero te amo y te perdono de nuevo. ¡Invitemos a ellos también a  nuestra velada! sabrán de ti, de tu dulzura, de cómo fuiste conmigo. Pondré los cubiertos. Recorreré de tu obligo hasta tus senos con mi filo.

 

¡Oh! ¡Amor! ¡Tocan la puerta! ¡Yo abro!

 

Ellos me miran con horror...Una envidia evidente por no tener a alguien tan bella como tú o por invitarlos a probar el festín de tus tripas en cada plato...De tu ombligo hasta tus senos...

 

Un poco más amor...un poco más...

 

Ahora me apuntan con un arma, pero estoy enamorado y sonriendo extiendo mis manos y les digo plácidamente: ¡Bienvenidos!