LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON

Sueños y desvelos de niño

Sueños y desvelos de niño

 

Golondrinas, luciérnagas y mariposas volando

por la tarde noche

crepúsculo de silencio

de pensamiento en vuelo y en asombros

nada ni nadie detiene sus círculos

que se rompen en estrellas desgranadas

sobre los clandestinos ojos

que guardan con atrevimiento esa imagen

de las horas de contemplación y soledades.

 

Guardar las sombras, guardar los reflejos,

esconder las luces de esos vuelos

en la intimidad de ese silencio

traían un juego escondido

ocultando los ecos de ese mi irrepetible juego

que era solo mío y de mis noches

en sueño casi sin luz

solo ínfima chispa de luciérnaga y vela

en medio de los rezos de mi abuela

esperando sus cielos prometidos

mientras enfrentaba sus dudas y creencias

cada noche antes de dormirse.

 

En el nido íntimo de la noche

cuando todo se hace sueño y descanso necesario

yo salía a volar con las golondrinas

las mariposas y las luciérnagas

en la alejada rivera del espejo de plata

de mi inseparable río 

donde siempre contemplaba y veía correr el agua

que se llevaba mi nave imaginaria

cargada de deseos y tesoros acumulados

mientras veía flotar mi barca

haciendo figuras, dibujando nubes

con ariscas orillas deshechas

casi sin haber sido hechas

esfumándose en perfiles

y sugeridas figuras nuevas.

 

Fugaz luz contrapuesta

con la tranquilidad de contemplarlas

y planear el tiempo vecino y angustiado

solo contando con la corta luz de las luciérnagas

que alumbran los vuelos de las mariposas mías

y las envolventes olas de los vuelos

de las golondrinas azules sobre el río

cuando se anunciaba la noche

y aparecerían mis desvelos.