El decimo poema

CALLAR A TODOS

Me llaman errante, 

hombre de romería en romería,

me llaman verdugo de la paz constante, 

turista de las puterías, y burdeles de Sabina. 

Dices, los hocicos de los asnos, que

mis palabras son balas de plomo 

contra los dictámenes sagrados, 

que soy un comunista azaroso, 

un extremista de utopías, 

un rayón de anarquía contra la democracia, 

un febril sopor de marihuano de crápula, 

suicida de reglas, maricón contra la naturaleza, 

un adicto trotamundos de vírgenes, 

muralista anárquico, 

polifemo acribillado contra el bien, 

samana hipócrita de ciudad.

Los conglomerados dicen muchas cosas, 

pero no les reprocho algo, 

alguna vez, sus bullicios me dejaron 

estupefacto ante tal definición, 

me llamaron: \'\'puto desquiciado que no se 

acongoja jamás\'\' y ahí, ahí mismo, 

se termina el puto poema.