orlando balbas

MADRE SELVA

Cerca de mi esperanza, cuando más vivo,

 surge el canto de la tupida selva.

 Allí convive sigilosa, la bondad entre las bestias,

 sin flechas en la aljaba, misteriosa cazadora

 que abreva la frescura del manantial escondido.

 Piedras y limo,  trinar y  rugidos.

 cae el rocío que durmió placentero

 sobre hojas y pétalos,

 y ahora despierto, besa la  tierra

 escurriendo su primorosa suavidad.

 Las copas de los firmes soldados verdes

 tremolan alegres por la algarabía,

 en su seno llevan las aves y sus crías,

 formando con ellas un arcoíris

 de cielo y cantos  de alegría.