LisNazareth

Venezuela. Ya no tengo el alma tan primorosa!

Estoy en medio de mi casa y mi corazón late tan fuerte que casi no se oyen los gritos,
mientras miro con asombro como mi cielo se agrieta
 dejando espacios en blanco donde muchos dibujamos nuestros sueños,
como pudimos haber nacido de ti y estar en contra del correr de la sangre,
la misma que hierve cuando escucho las mentiras que te escupen en la cara
como granadas.
Haciendo que de las paredes desprendan la pintura
 manchada de sangre y amargura.

No quiero que los hijos que te di lamenten no haber nacido en cualquier otra parte del mapa en el mundo.
 Siento no merecer el desierto la nieve y el volcán que nos regalas si no puedo al menos arrancarte de las manos de los que no dejan de tocarte con malicia, me parte el alma que te sientas asqueada
 porque quien te profesa amor te tiene tan maltratada.

Ya no tengo el alma tan primorosa y la espuma, las garzas y las rosas se marchitan,
siento que te pierdo, no he parado de llorar, no quiero estar en otro lugar.
Y sé que estas tan triste como yo
 porque muchos de tus hijos han sido obligados a volar en otro aire.
¡Mañana tal vez sea el día!
Dejaré en el cajón la cobardía.
No es tu culpa mi bella, el granito de arena que nos correspondía
 no lo colocamos por creer que otro lo haría.
 Dios fue muy generoso al crearte y nosotros ciegos al dejarte,
 en las manos de los que viven fingiendo gloria,
esa gloria que merece el bravo pueblo
 cuyas memorias deben doler
 al ver que fue en vano dejar su sangre correr.