roberto candela

Ave fénix.

Y cuando parecía que todo su amor

se había esfumado

en el olvido,

como ave fénix que regresa

de las últimas cenizas de un fuego apasionado

que ardió otrora,

le bastó tan sólo un beso

 para emerger de nuevo con fuerza desmedida

y despertar del espejismo que vivía en otros brazos.