Mauro Enrique Lopez Z.

Vanas promesas.

LLegaste a mi pueblo

para estar conmigo,

a darme tu gran amor,

No se que pasó

que te negaste a entregármelo,

yo ansioso y loco por tenerte,

y tú necia, con engaños.

¿Cuántas promesas vanas me hiciste?

Llegó mi enojo:

quiero que tomes mi alcoba

y muy de mañana verte ir,

sin ti, me sentiré muy feliz.