David Arthur

Moisés ( Mascotas - Tema de la semana)

 

 

Una primera ojeada a la costa

y el saborcillo de la sal en el aire,

siempre experiencias de gran placer,

sobre todo para los habitantes de la ciudad.

 

La aparición de un paisaje de médanos

y atrás el cielo azul fundiéndose en un mar sin fin,

un reflejo resplandeciente del sol,

una seducción para los tres amigos

al entregarse a la sensación de la libertad completa.

 

El calor del sol inunda sus cuerpos

y el placer del ocio, sin noción de la hora,

invitaron a un reposo soñoliento en un mundo

donde las olas, suavemente chapoteando,

animaron sus fantasías juveniles.

 

Merak se creía ser un deportista exitoso,

vacilando su tiempo en un mundo de valores diferentes.

 

Alana caminaba de manera provocativa,

a lo largo de una pasarela,

vestida de una moda estrambótica.

 

Tarik emanaba su carisma varonil

para seducir a su secretaria atractiva de turno

bajo las sábanas de seda de su cama de soltero.

 

El llanto de un gatito aterrorizado los sacudió de nuevo a la realidad.

La pleamar había rodeado las rocas de la playa

y atrapada en su calabozo profundo, la víctima de la caza esperaba

la llegada del ejército de cangrejos blindados.

 

Una mano tendida salvó la criatura cubierta de algas

y se la llevó a la seguridad del abrazo de Alana,

quien apretaba el hallazgo precioso cerca de su pecho

durante todo el trayecto de regreso a casa,

a pesar del olor repugnante.

 

Un baño con champú de aguacate era el bautismo.

El miembro nuevo de la familia fue presentado con orgullo.

Le dieron el nombre de Moisés.