Alvaro Bautista

El amor sí existe

 

A lo largo de toda mi vida he considerado el amor como un idealismo; una vaga idea que sólo existe en novelas, películas, series, etc. Algo que solo existe en la ficción. Y a pesar de tener grandes ejemplos de relaciones amorosas exitosas, tal como mis padres, siempre había creído que en el mundo real el amor sólo era el nombre que le poníamos al miedo a la soledad, mediante el cual buscábamos refugiarnos en una persona, aunque fuera sólo para pasarla junto a ella, con el único fin de sentirnos un poco menos solos.

Y todas las veces que creía sentir “amor” por alguien, lo dejaba convenciéndome a mí mismo que solamente era un fervoroso deseo por tener algo de compañía. Creía todo esto, con devoción, hasta hace muy poco, cuando me di cuenta que estaba en un error, y que el amor es algo muy real.

A pesar de que he dudado de la existencia del amor en sí, siempre me ha fascinado escuchar las historias de amor de mis amigos, conocidos, familiares, etc. Llegando incluso a aconsejar en momentos críticos de estas historias; cosa que no entiendo puesto que mi experiencia en el amor ha sido terriblemente mala, llena de errores y tropezones. Tal vez por eso es que me piden tantos consejos, todos estos errores me deben de haber hecho un poco sabio y un buen consejero.

Entre todas las historias que he escuchado, destaca una, bastante larga, aburrida en algunas partes, entretenida en otras, llena de párrafos con “puntos finales”, que, de una u otra manera, acababan convirtiéndose en puntos suspensivos. Esta historia, es de una de las parejas más fuertes que conozco, y también de las más opuestas que he visto.

Ella, una jovencita enérgica y llena de vida, que ama conocer gente, hablar con quien se le aparezca, y salir cuantos fines de semana pueda. Coqueta e inteligente, sueña con dedicarse a la política y hacer un cambio en la manera en que este país funciona. Él, un joven reservado y tranquilo, exseminarista que apenas y sale los fines de semana. Tímido y teatral. Son dos polos opuestos que están destinados a quererse.

Y es que yo creía que eso de los “opuestos se atraen” sólo aplicaba con protones y electrones, ácidos y bases, cargas eléctricas positivas y cargas eléctricas negativas. No. En la vida el amor hace que los opuestos se atraigan, que se junten a pesar de las extrañas que puedan ser las situaciones, para crear una fórmula perfecta que llama la atención de todo el mundo.

Y es que si lo pensamos las cosas más pacíficas y bellas provienen de la unión de los opuestos, desde un átomo neutro, hasta el agua resultante de una reacción de neutralización. Así son ellos. Llaman la atención. Su relación es pacífica. Su relación es bella. Son la prueba viviente de que cuando juntas dos opuestos, cosas maravillosas e inesperadas suceden.

Ellos han pasado por todo. Su historia parecía llevar un rumbo perfecto al poco tiempo de conocerse; pero la timidez de él, sumado al alejamiento de ella, desembocaron en un desastre que parecía no tener solución.

Ella, busco el amor en otros. De aquí a allá busco y busco, más nunca encontró a nadie que la hiciera sentir lo mismo. Él soñaba con su regreso. Ambos se deseaban, se esperaban, se querían, y paso un tiempo antes de que pudieran estar juntos de nuevo.

Y a pesar de todo el tiempo y las circunstancias; volvieron a estar juntos, más fuertes que nunca. Se les veía en los ojos la pasión por el otro, se veía que habían sufrido durante su tiempo separados, y también se veía lo feliz que estaban de tenerse otra vez.

Justo ahí, yo que fui testigo de todo, me di cuenta que el amor era de verdad. Me di cuenta que el amor no era el miedo a la soledad, sino que era una verdadera pasión por la otra persona, que era un fervor, una energía que te recorría todo el cuerpo y te hacía sentirte especial gracias a la otra persona.

Gracias a ellos, entendí que el amor no es el miedo a la soledad, sino la valentía de estar con alguien a pesar del tiempo, las diferencias y las circunstancias. Gracias por hacerme creer en el amor.

Alvaro Bautista