Elizabeth Chacon Stevens

VIENTOS DE GRANDEZA

Sábado, 16 de abril del 2016 a las 6:17 PM.

 

Vientos de grandeza desde la ciudad del sol me llegaron,

y me llevaron a la ciudad de Cascas; dejo mi lindo pueblo

Contumacino. De mi alma, el viento sopló al vengativo diablo

que anubló mi mente sin consuelo y trémula temblé

al robarle al vocablo un verbo, que ya conjugaron y retemblé.

 

De mi pueblo Contumacino sus ilusiones, belleza y cultura llevo;

de su garganta, sus voces  sentidas escucho, las llevaré

las esparciré en Cascas, tierra primaveral, donde me enamoré

del ensueño real. De soleada tierra, burros jubilosos me saludan

muy briosos. ¡Oh, carga de mi carga; sufren el castigo longevo!

 

De la sierra, sus vientos atados llevo, como bueyes sus yugos    

al arar fresca oliente mirra. ¡Cómo disfruto del sembrado de trigo,

del campesino de la sierra, su forma amable, su esencia, y agudeza!

Vientos de grandeza  me sonríen en otros lares con entusiasmo,

me inspiran a vivir en la metrópolis Limeña, cuna de reyes y de halagos.

 

Dejo atrás mi Contumazá querida, las uvas crecidas o en podas, sin ares

en todos mis dares, pajares  y todos mis traeres sin malabares.

Si vos tomares el camino corto:  ¿Cuál erigirías en tus andares?

¿La ciudad bulliciosa con placeres o la pasividad de un pueblo sin acores?

Vientos de erudición precisa soplan desde mi cuna como luz de faroles.

 

Me miro en cada laguna y miro la luna con ensueños de grandeza alguna.

En mi tierra Casquina, todas mis utopías he dejado; no tengo fortuna.

En Lima, viví hambruna: las siete vacas flacas, la siete vacas gordas: sin fortuna.

Ninguna mano me auxilia, sólo la luna me alumbra desde el cielo en  laguna.

Vientos del imperialismo me animan a volar al continente de \"libertad y fortuna,\"

 

abdicando a mi país con tristeza y desconsuelo. Acrisoladamente,

mis alas jóvenes vuelan obviamente a Miami, buscando efusivamente

un hogar un hombre amado, miserablemente la muerte casi encuentro,

con cuchillo ambidextro. Estómago y manos sangran en el siniestro.

Gracias maestra de química: superé estreses de vida, por supuesto.

 

Vuestra amiga encontró las letras: el arte de escribir poesía; mi madre diría:

con sangre se aprende y se recita un verso, con sudor se consigue un puesto,

y con sonrisas se ejercería. Con tantas galanterías, el amor de un hombre

encontraría, el amor me adiestraría pero en ella el cariño y respeto perdería.

Del altar que construí, heridas quedan por abandono de cuerpo y ternura.

Con vientos de amor busco alegrías. ¿Me llevarán a tu encuentro? ¡Qué locura!

 

VIENTOS DE GRANDEZA

Autor:  Rosa Elizabeth Chacón León / Elizabeth Chacón Stevens

Derechos del Autor Reservados.

Contumazá, Perú,

Miami, \"Tierra Primaveral,\"  USA.

 

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