christiancci pendragon

Momento de magia  

Ha pasado mucho tiempo,

Tanto que ya no recuerdo cuanto,

He deseado mil veces tu mirada azul profunda,

Quisiera sumergirme en tus pupilas cristalinas,

 

¿Me pregunto?

¿Serás tú quien hace tanto espero?

Esa quien ausente se trasmuta en desespero, anhelo y duelo.

 

Voraz rubia de labios incandescentes,

Ojos enormes cuan lentillas,

Tentador mar que me invita a naufragar cuan balsero,

Tan cercana y distante,

Tú, piel perfumada de rosas que tanto pretendo,

No pienses jamás mi rubia hermosa que solo tus piernas deseo,

Es todo tu ser lo que yo quiero.

 

Saciaría mi sed el solo tenerte amándome con cada átomo de tu terso cuerpo,

Entregada a mí en un abrazo,

En un beso eterno,

En un te amo repetitivo tan cristalino e intenso como el agua en nacimiento,

El mirarte me enmudece,

Más aún saber que eres de otro,

Y que jamás podré tenerte.

 

Tú eres mucho,

Yo muy poco,

Aparentemente similar, sencilla, humilde y peculiar,

Típica explosión de locura aria,

Rara, extraña, extrovertida,

Grata sorpresa que el alba siempre trae,

 

Tierna tostadora de cerebros me enmudece siempre tu arribo.

Trotadora de reinos alejados,
jamás espero de ti un te amo,

Quisiera nunca enamorarme de esos ojos que decoran tu rostro como gemas,

Pero siendo yo dueño de mis emociones desfallezco ante tu dorado cabello,

Conozco el amor y sus desdenes.

 

Duele tanto la cercana distancia que el infierno se congela compasivo,

Me enternece tu ternura y tu constancia delicada,

Pero más temor mi alma siente de tu inmaculada belleza.

 

Fría, fiel, seria y directa,

Me condena tu lindura a imaginar mil futuros imposibles todos ellos,

Es tu amor un fugitivo,

Encarcelado en el pecho de algún gran adinerado de pulido rostro y cuerpo marcado,

Idealizada presencia,

Seguirás siendo tú, ausencia,

Tú distante y yo invisible.