Maryrios

Necia razón!

 

Cuando busco la ortografía

para escribir tu nombre

las telarañas se enredan con las letras

y se pierden.

Los pensamientos se quedan mudos,

las emociones tropiezan entre el dolor

y el apego delirante.

 

Otra vez mas

vuelvo a incinerar tu nombre

como tantas veces que profanas 

la memoria.

Golpean llamaradas en las paredes del estómago.

Mi cuerpo inquieto se consume.

Mis huesos se calcinan.

 El corazón se duele y se deja arder

entre piras de fuego

para convertir en cenizas los recuerdos.

 

Pero tu sigues ahí entre el humo y los escombros

¡agonizante!

con suspiros desgarradores

en esas llamas que aun dibujan tu rostro.

 

¿de que sirve incinerar los recuerdos

y congelar la memoria

si mi razón la sigues secuestrada?