danielasedan

ES FÁCIL LLORAR

Es fácil llorar cuando se tiene motivo,

cuando el baile de los pájaros se hace triste

y recuerdas esos tiempos en los que no querías estar en casa.

 

Es fácil llorar cuando ella ya no te quiere

                     y tú sólo la quieres querer

y sientes que se destroza tu alma de niña

y te pide que la abraces

     pero tú sólo quieres que ella te abrace.

Entonces decides que lo mejor es abrazar a otra espalda,

de pronto así ella vuelve

-y tú también-

                                               (no va a volver).

 

Es fácil llorar cuando las horas se van en lo efímero,

cuando ya no te eres,

cuando saberte se convierte en una costumbre pasada

y ya no estás inmersa en ti.

 

Pero no te sabes querer para volver.

 

Es fácil llorar cuando la brisa te golpea

y las piedras te besan,

cuando te duelen más las miradas frías que las heridas

y cuando la nostalgia por lo que no existe 

es más ambigua que todos los desdenes que te abarcan.

 

Es fácil llorar cuando la sombra de tu escudo me persigue y me pregunto:

¿cómo es que no luché por ti?

Entonces recuerdo que tus manos encajaban con mis ojos

y tus dudas con mis ganas de cuidarte;

 

                                           y llorar se hace más fácil que siempre.

 

 

                                                                             Daniela Sedán