Diaz Valero Alejandro José

Una historia que parece un cuento

 

(Historia de todos los días, cuento de nunca acabar)

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Era una mujer valiente, decidida, que por razones que le sobraban decidió criar sola a sus hijos.

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El sacrificio y el sufrimiento nunca faltaron, pero las ganas de trabajar y la esperanza de salir adelante tampoco.

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EL pan era escaso y a veces hasta prefería no comer ella para que comieran sus retoños quienes ansiosos la esperaban cada día con hambre y tristeza.

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Ella les brindaba la comida que podía para intentar disipar el hambre, pero la tristeza sí la disipaba totalmente con el amor y la ternura que siempre les prodigaba.

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Un día como todos repartió la escasa comida que pudo llevar a casa y contemplaba feliz como todos sus hijos comían, luego salían felices a Jugar al patio. Pero ese día comieron todos los hijos excepto la hija.

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¿Por qué no comes? Preguntó amorosa la madre

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Porque quiero que me acompañes y comas conmigo, si no, no comeré, tengo poco apetito, respondió la hija.

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La madre la miró con ternura y compartió con su hija aquel plato de comida,  mientras la hija comía feliz a su lado y al finalizar el plato, la abrazo dulcemente y le dijo:

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Gracias mamá por acompañarme a comer y perdona, ya sabes que así somos las MUJERES.

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Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Maracaibo, Venezuela