PIVA

Espejos de sabidurĂ­a:

La nevada del tiempo enceguece mis pupilas día tras día. 

Con aros cristalinos espejos de sabiduría. 

Las grietas imborrables de mi rostro como arterias y venas se esparcen multicolores 
creando la mascará de piel negada ante la vida. 


Que una vez fue sutil, arrogante y seductora así decían. 
Deseada por muchos mozos, de paso con besos lentos y amores veloces.

Las rodillas fallan y me torturan como el peor carcelero medieval.
La destreza de mis manos tal ramas secas son torpes me limita en mis letras delirantes... 

Sin querer realmente pero insisto.
En plasmar con pasión los recuerdos dorados. 
Mi herencia intangible fuente inagotable de Imaginación absurda.

En aquellos días ya muchos olvidados.

Al peinar las telarañas de mis cabellos grises caen como nieve del invierno.
Desintegrando gota a gota los secretos.

Creí si y creo. En Dios padre poderoso de la tierra y el cielo.

Confié si, confié en hermanos y amigos.
Valientes de luchar con mis traumas, errores y locuras.

Fui feliz si. Eso creo al oír las risas de mis nietos y bisnietos.
Música de ángeles melodiosos en mi vida. 

Lloré si, lloré llenando mares verdes de esperanzas y melancolía.

Amores si amé: A mis padres golondrinas que me cobijaron en su nido. 
Hasta el fin de su ocaso.

Amo al amigo fiel amante de amantes dueño de mi corazón angustiado.
Bastión del barco en este viaje sin regreso ni destino. 

Amare a los frutos del árbol del edén. Mis niños el reflejo de mis padres

Y abuelos escultores de humildad, fortaleza y humanismo. 

Hoy son hombres y mujeres plenos de luz y amor a Dios padre de luz infinita. 
Con el universo de mis manos los bendigo. 

Amé si amé, amo y amaré hasta el suspiró fugaz cual melodía en mi agonía.

Autora: Piva.
Escrito el 5 de marzo del 2016. 
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Evalila Cardona Peña.