CAROL ECHEVERRY

SUBLIME

No hay grito ni silencio, 

no hay tiempo ni misterio,

la verdad asoma su semblante

en nuestra ventana,

nos reta a convencernos de un

futuro más que incierto, 

regalándome la fortuna de

tenerte en mi imperio

sin dudas, sin mentiras

sin la desdicha de un amor poco elegante,

que venga, que me conquiste, 

que hinque sus dientes en mi destino,

que haga de mi su desafío,

que ya tengo la fortuna de que seamos solo una.