Chuy Ch.Ll

Elisa

No vaya a faltarme nunca, el simple hecho de pensar en su ausencia me arrastra al más cruel de los infiernos.
No estoy pidiendo que se quede, le pido que no se vaya, que no me falte su distancia cuando está lejos, ni su calor cuando me acercó, que no me falte su voz por el teléfono, su sabio consejo que a veces, por mi terquedad, no merezco. Quédese, se lo ruego, aún tenemos quinientas tazas de café pendientes, y quiero escuchar alguna de sus historias, de nuevo.

-Ch.Ll-