No cambies conmigo,
sigue siendo como eres;
Porque si cambias algún día,
podré pensar que no me quieres.
Me gusta que me hables de tus cosas,
Y si gustas que mi lengua te acaricie;
Al correr por las partes de tu cuerpo,
Haciéndote ver, colores y matices.
No cambies conmigo,
Yo no quiero variar mi pensamiento,
Ni dejar pensar de ti como lo siento;
Desde que llegaste a a mi vida, como luz que alumbra el día,
Para darle claridad en su comienzo.
Tu amor me trajo luz, mucha alegría , que buscaba yo y no encontraba,
Pero en tus ojos tengo el faro que me guía,
Para encontrar dentro de ti lo que anhelaba;
Y así llegué a tu corazón que me esperaba.
No cambies conmigo, sigue siendo como eres,
Y no dejes que me sienta tan solo como antes;
Déjame que te ame, porque ya Tú eres mi gloria,
Y seremos dignos de emular por los amantes.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita