ALVARO J. MARQUEZ

CUANDO EL SILENCIO GRITA...

Van pasando los días, los meses, los años… y tu ausencia ya se vuelve rutina, es algo que acepté ayer, se me hace evidente hoy y es predecible para mañana. No estuviste, no estás ni estarás… ya sé todo eso y lo asimilo ¿y qué?

 

Sigues allí, instalada en mis pensamientos, en ese rincón de mi alma donde sólo hay espacio para lo verdadero, para lo que FUE y no sólo parecía ser, para lo que ya no se puede palpar pero es tangible, porque tiene esencia, tiene forma y hasta olor… porque huele a ti.

 

No sabes y ni siquiera imaginas que peleo con el silencio, porque cada vez que pienso en ti aquí, en mi casa, en la calle, donde sea, el silencio me habla a gritos y esos gritos son ecos que como grillos delatores en mi alma, sólo saben decir tu nombre.

 

Me río a carcajadas para no escuchar y es una risa triste, que por muy sonora que sea, nunca llega a tapar las verdades que el silencio me dice… y el silencio no se equivoca, me conoce y sabe que cuando grita tu nombre, está removiendo letras que llevo en lo más profundo del alma.

 

Van pasando sin cesar los días, los meses, los años y temo que tanta ausencia me haga dudar y preguntarme si alguna vez hubo presencia. Temo que sigan pasando los años y me pregunte a quién extraño, por quién existe esta nostalgia; que de quien era cuando te amé ya no quede ni la sombra y sin embargo el silencio, me siga gritando.

 

Ya creo que este caminar sin rumbo y sin ti, es irreversible. Me toca aceptar tu ausencia como dictamen de mi destino, entender que la soledad no existía y existe desde que no estás y aprender que vaya donde vaya, esté donde esté, nunca se callarán dentro de mí los gritos del silencio.

 

Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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