Beatriz Blanca

MI FUENTE IDEAL

Entre la hierba humedecida de rocío

asoma palpitante un delicado hilo.

Es agua fresca, pura y cristalina,

cual aura bella de fina aurora.

Me arrodillo sobre el mullido verde

y en la concavidad de mis manos

recojo su agua para refrescar mis ansias.

¡Qué deleite...!, sentirla escurrirse

por entre mis dedos imperfectos

retornando a su origen estremecida por mi tacto.

Veo mi figura reflejada en su transparencia

adornada por sus matas húmedas y verdes.

Me recuesto sobre las hierbas virginales

para tomar contacto con su esencia

que penetra en mis venas, cual caricia

dándome un vigor mágico de aliento.

Ese hilo plata, serpenteado

entre manojos de nostálgias

tiene un poder magnífico, que embriaga.

Me transporta a nuevas dimensiones

que zigzaguea en contorneo de emoción,

para llegar a mi ser, que sereno

renace en su destino inexhausto

de esplendor que me envuelve

y me mece en una inmensa oración