Portando su arma mortal
hiere sin pausa las fronteras pacientes,
con bajo plan para el suicidio
atrapa la imaginación más pura,
Sin aura para ocultar las sombras
ni gravedad que amarre el planeta
no tiene reloj en el sable
ni vergüenza en su alcoba cuatrera.
Adefesio de la noche espuria
de cándido vampiro se viste
y oculta sus maltrechas traiciones,
como un famélico ladrón de futuro inocente.
Vigía impávido de las almas nubladas,
pérfido patrón de esquinas malditas
atacas con tu droga venérea,
las flores de mi jardín bendito.
Cuan amarga será la trastienda
y más pesar en malsana convivencia
que en crápula aura te veas
y no me alcancen tus ráfagas de panteón disolutas.