Jorge Garcia de la Fe

Ars linguae

Llamean sinestésicos candiles

de vainilla y lavanda en la penumbra.

El cuarto es una selva, se acostumbra

a nuestra ejecutoria de reptiles.

 

¡Qué mudos platicamos con las lenguas

un diálogo anatómico que es grito!

Me facilitas y te facilito

el cuerpo del delito que no menguas.

 

Dejando rastros, como dos babosas,

en un puntear frenético de ápices,

nos dibujamos, con húmedos lápices,

 

volutas de placer escandalosas.

Y nos volvemos dulces y viscosos

a lengüetadas, gimos silenciosos.