Alek Hine

LA GLORIA ENTRE SUS PIERNAS

 

Deponga sus escrúpulos, señora,

si el lazo de sus ganas se desata;

en contra de natura no combata,

y menos con su mano rijadora.

 

¿Que su placer no compartir deplora?

Que ni la culpa ni la idea fata

le dificulten la experiencia grata;

¡viva el aquí, disfrute del ahora!

 

Y teja sueños, mágicos enredos,

con su selecta imagen amatoria

y los hilados de sus carnes tiernas.

 

Procure ver el cielo con sus dedos,

pues justamente la divina gloria...

¡la tiene usted en medio de las piernas!