Paloma P.P.

La luna

  1. Sol de la noche
    que refleja su blanca sombra
    sobre la superficie de las lagunas y ríos
    Sus rayos acarícian las olas del mar
    y atraviesan las ramas de los árboles.
    Iluminas el lecho de los enamorados
    y gozas con ellos el amor.
    Brillas en el sueño de los niños
    con sus pesadillas fantásticas.
    Te apoyas en el bastón de los ancianos
    para facilitarles su caminar nocturno.

    Desde el cielo nos contemplas a los humanos,
    las guerras que matan miles de personas
    y llenan los campos de batalla de sangre.
    La miseria de los poblados de chabolas,
    mendigos viviendo y pidiendo en las calles.
    Grandes palacios habitados por magnates ricos.
    Los campos de agricultura llenos de trabajadores
    que aran sin cesar la tierra durante la noche.
    Examina crímenes, prostituciones, violaciones,
    esclavitudes, traiciones y horrores.
    Pero también mira la paz, la calma y el amor.

    Luna, la diosa olvidada por nosotros,
    todos los días nos vigilas.
    Cuántos monumentos en ruinas has visto,
    cuántas casas construyéndose,
    cuántas cárceles, hospitales e iglesias has iluminado.
    Paseas por las calles acompañando a las personas,
    relumbras a los coches que circulan por la carretera
    y a los barcos que zarpan desde el puerto.
    Los aviones que vuelan te atraviesan en el cielo.

    ¡Oh luna, linterna para el alma!
    Nos acompañas en nuestra soledad,
    en el llanto de los que lloran,
    en la alegría de los que ríen,
    en la furia de los que se enfadan,
    en el placer de los enamorados.
    Sin embargo, “eres la bombilla de la vida”.
    y la inspiración de los poetas.