Desperté agitado, un poco más alegre,
Desperté luego de una vida de embriagues,
No entiendo, no lo sé,
Cómo podemos aguantar que nos den tanto
Que nos demos tantos tropezones.
Siempre me dijo el viejo de mi abuelo
No mezcles vino con destilados
Ni destitulados con vino
Que el dolor de cabeza será insoportable,
Pero ¿Y el dolor del corazón?
Sólo no mezcles las frazadas.
Me embriague de emociones
Y la tormenta se hizo tras mis ojos
Como si fuera yo un cielo desconcertado
En un planeta lleno de gases tóxicos.
Sólo imaginen esa resaca,
Una resaca de emociones
Que despejo los cielos
Y me dejo postrado en esta cama.
La tormenta no se hizo arcoíris
¿Quién quiere un arcoíris? – Digo yo-
Lleno de colores hermosos en el cielo
pero no es más que una sonrisa falsa.
El fin de esta tormenta
no me trajo distractores,
me trajo un cielo sereno
que vale más que un espectáculo
de colores en el cielo.