Espinela

Manjares de placer.

Cuál dulzura tendría el amanecer, en aquellos paladares que no lo degusten bien.

Que el mundo se embriague en el manjar de tu piel.

Pues no vi mejor aurora en mis pupilas, clavadas de por vida.

Como después de la lluvia evaporando nubes grises, curando cada una de mis cicatrices.

Y  tan triste, la brisa pudiera acariciarte tanto tiempo,y yo,

queriendo que el amanecer te arropara junto al viento,

Pues así hice tal pacto con él,

Dejando que te sintiera en todo tu ser.

Tanto sintiendo , al mensajero de mi piel,

Al que rezo cada noche, antes del amanecer, para que te llevara lo que no te pude traer.

El tiempo mi carcelero, todo le dejé a él,

Que sea quien guarde mis anhelos,

Lindos recuerdos del ayer,

Quizás en esta vida, no te supe traer,

Por no ser  suficiente

A lo que te deberías merecer.